La Torre Eiffel
Textos inéditos que abarcan múltiples aspectos: pintura, fotografía, escritura, lenguaje y expresión cinematográfica.
Las relaciones entre la escritura de Roland Barthes y el universo de la imagen fueron siempre tan constantes como complejas, por lo que dieron lugar simultáneamente a libros sobre temas generales, concebidos desde una perspectiva sistemática, y a textos más breves y concretos, en torno a asuntos mucho más específicos.
En lo que se refiere a estos últimos, Barthes sustituyó su habitual minuciosidad metodológica por un enfoque hasta tal punto intransferible y personal que acabaron convirtiéndose en piezas literarias de primer orden, en pequeñas obras maestras del ensayo. Pero lo más importante es que, tomados en su conjunto, esos escritos constituyen por sí mismos una pequeña historia abreviada de la imagen en todas sus manifestaciones.
Todo ello ilustrado con una ojeada crítica a figuras tan importantes y variopintas de la cultura moderna como Robert Bresson, Guido Crepax, el marqués de Sade, Richard Avedon, Henri Matisse o Michelangelo o Antonioni. Y, por supuesto, desde la peculiar perspectiva barthesiana, capaz de definir la torre Eiffel –parafraseando el título de uno de sus más famosos libros– como «el grado cero del monumento».