La mujer que hablaba sola
Un vertiginoso recorrido por las dos últimas décadas de Pedro. En un diálogo desenfrenado con sus fantasmas.
La explosión de un petardo en el baño de un centro comercial desencadena el angustiado monólogo de Cecilia Palacios al saber que Pedro, su único hijo, es señalado como responsable. El atentado deja un saldo de diecisiete heridos, tres víctimas mortales y un entramado de falsos culpables, héroes de ocasión y víctimas de toda guerra. Cecilia, a punto de comenzar a vivir con más sosiego ahora que Pedro se aproxima a la mayoría de edad, revive, en las 72 horas posteriores, un vertiginoso recorrido por las dos últimas décadas de su vida. En un diálogo desenfrenado con sus fantasmas, cuestiona las decisiones que tomó en su juventud, así como los motivos que la empujaron a la maternidad sin dejar de interpelar al lector: ¿Acaso alguien es inocente en este país donde todos proclaman ser portadores de la verdad?