$ 120,000
Cameron ventila todo el divertimento en 35 minutos, así que Oxy music invita a la escucha reiterada. Un objetivo insólito, sí.
El cuarto disco del siempre sagaz, cáustico y ligeramente estrafalario Alex Cameron nos acerca hasta la parafernalia sonora de los ochenta por todos y cada uno de sus flancos. La conexión con el tiempo presente llega por la parte de los contenidos, muy influidos por las adicciones consustanciales a este mundo enloquecido con el que lidiamos y los densos batiburrillos anímicos que la puñetera pandemia nos ha metido en el cuerpo.