Un álbum mayoritariamente de glam-rock con influencias de la Costa Oeste y generosas pinceladas de psicodelia.
El álbum se abre con el único medio tiempo de la referencia, una “The Other” que se va hasta los seis minutos y también da título a la obra. A partir de ahí, el músico norteamericano abraza un ritmo animoso que ya no abandonará hasta recuperar la calma con la definitiva “No Man's Land”. Una tendencia plagada de singles claros y piezas destacadas como “Raindrop Blue”, las espectaculares “Psycho Star” y “Circuits In The Sand”, Neverending Sunshine (compuesta junto a Ty Segall) o “Birds Of Paradise”. Todas ellas suman, y dejan a su paso un elepé detallado y que brilla con tal fuerza que termina por resultar poco menos que irresistible.