El manifiesto guarachero. Una manera de combatir el peso de una historia malograda a punta de risa y flow.
Básicamente, la aventura de unos superhéroes de todos los colores que, juntos, viajan por el espaciotiempo a bordo de un picó perfectamente calibrado con el biorritmo universal, para enviarnos señales a los habitantes de estas tierras fértiles y despertarnos de una oscura ilusión que, hace cinco siglos, nos impide ser libres y asumir nuestro llamado como guardianes cósmicos. No en vano, su pista de despegue y aterrizaje es la Sierra Nevada de Santa Marta. Nuestra montaña mágica.
Para la capitana de la nave, Pata de Perro, la belga madre de esta constelación, es una cuestión mucho más sencilla: «Systema Solar es un no al no».
No es difícil comprender la contundencia de su máxima. Tan solo basta salir electrocutado de alguno de sus shows y repasar la letra de cualquiera de sus canciones, como «Ni tengo ni necesito», por ejemplo, que habla de andar varado pero feliz, o «El amarillo», que sospecha del color de la bandera al invocar la leyenda de El Dorado, aquel robo espiritual que seguimos perpetuando tras los siglos de los siglos, amén.