Sacudieron el panorama musical en un momento en el que la escena norteamericana rogaba por algo nuevo.

Están tratando de comunicarse con la generación adolescente y post-adolescente concienciada con la salud mental.

Sublime en varios niveles. La innovación musical reside en la interacción de las guitarras como en la orquestación.

Con valentía y arrojo, el artista británico llega para encandilar. Se manifiesta con un poderío sin paliativo.

La importancia de este magnifico disco no ha perdido ni una pizca de su influencia en el jazz contemporáneo.

Incluso escucharlos en un escritorio de oficina tiene la emoción histérica de estar de pie junto a un sistema de sonido.

Una baraja para crear un espacio seguro de diálogo y con una gran promesa de valor: mejores conversaciones.

Entrelaza las atmósferas etéreas del shoegaze al tiempo que evocando la crudeza de los escenarios underground.

Más que su portada: Un disco ambicioso que orienta la experimentación hacia estilos poco explorados por Bowie.

Algo que vino con la pandemia y no se ha ido. En alta probabilidad, lo mejor de aquel rarísimo periodo.

Fred Gibson será recordado por congelar estos momentos rarísimos. Configurando música de baile detallista.

Una banda tan terriblemente divertida e inteligente como Dry Cleaning siendo ellos mismos en todo su esplendor.