Vida, alegría, emociones bonitas. Un álbum para cuando escribes las escenas más bella de un libro sin final.
A Purple hay que abrazarlo mientras lloras, porque los momentos que te entrega JAMÁS se podrán pagar. No sé si los intregantes sabían que estaban pariendo tremendos álbumes que le cambiarían la vida a muchos, pero lo que sé es que nos regalaron un pedacito de sus vigorosas almas recubiertas de las sensaciones más descaradamente perfectas: Los sentimientos que nos caracterizan.
Mención aparte: esa majestuosa interpretación que es Kitchenware & Candybars. Una grandiosa canción que, si lees la letra, descubrirás que es lo más cotidiano que existe. Habla sobre nuestras vidas todos los días. Esos 8 minutos me hacen recordar a mi madre en la cocina. Desde mi cuarto la veía, haciendo muchos platos raros, pero con una mirada caída. ¿Qué estaría sintiendo mi madre? ¿Qué estaría sintiendo yo en ese momento con Purple como uno de mis escudos de la infancia?
Weiland falleció y STP ya no existe, pero siempre estaré eternamente agradecido porque fueron parte de un comienzo tan importante que, oyendo bandas de todo tipo, jamás olvidaré. Porque no decidí nacer en ese momento, pero por algo pasó y aproveché todo lo que tenía para estar donde estoy.
Gracias, Purple, porque tus millonarias ventas no sólo le trajeron placer y satisffación a tus creadores, sino porque metiste seriamente a muchos en este amplio mundo del Rock y el Metal.