Leonard Cohen presenta un álbum sobre la reconciliación con la oscuridad en este viaje que llamamos vida.
Ir por una calle oscura sin saber lo que encontrarás al final de ella, viajar a media noche en el último tren, compartir la mesa con personas de las que desconfías, darte cuenta que aquella persona que te dijo amar mentía, reconocer que todo lo hecho en la vida fue un error, saber que la ayuda nunca llegara. Vivir todo esto y aun así terminar con una sonrisa, así de oscuro y brillante es el último disco de Leonard Cohen.
Derrumbando la falsa idea de que la sabiduría es tener todas las respuestas, el artista de 82 años se muestra deliciosamente indeciso. Bueno, en realidad tiene una certeza: “sabía que estaba mal, no tenía ninguna duda”, recita el canadiense en “On the Level”. Uno de tantos versos que pueden recibirse como la bofetada más hermosa que Cohen da a los fans que ven en él a un profeta.