Imprescindible. Con una intensidad constante y melodías pegadizas se convierte en el mejor de los de Sheffield.
Siendo su disco debut, tenía las esperanzas bastante altas. Los grupos así de grandes suelen empezar bien fuertes su carrera. Además, los de este estilo tienden a suavizarse con el paso del tiempo, con lo que el primer disco muchas veces es el más cañero.
Ese comienzo con “The View From the Afternoon” parecía confirmar mi teoría. Me gusta bastante este tipo de garage rock, aunque no conozca a muchas bandas que lo practiquen. The Hives son los primeros que me vinieron a la cabeza, por el tipo de voz de Alex Turner en la estrofa, que parece casi romperse en algunos momentos. Ese juego entre las dos guitarras está muy bien conseguido, la batería es precisa y el bajo suena muy potente.
“I Bet You Look Good on the Dancefloor” parece ser el tema estrella de la banda, ese que tocan siempre al final de los conciertos. Y no me extraña, tiene una buena intensidad y es muy pegadizo. También es de los más enérgicos del disco, con un tempo más rápido y guitarrazos simples pero efectivos. Después de un inicio con mucha marcha, bajan un poco el tempo y se ponen bailongos en «Fake Tales of San Francisco» con sus riffs y líneas de bajo de influencia setentera. “Dancing Shoes” hace honor a su nombre y sigue con este espíritu más fiestero, sin perder la fuerza de las primeras canciones. Van intercalando golpes contundentes con ritmos llenos de groove. Funciona tan bien que el final parece prematuro, ¡un rato más de esto no sobraría para nada!