Una invitación a hablar de lo supremo y lo terrenal. Un tránsito de los espacios comunes físicos de cualquier persona.
La banda bogotana lanzó hace un par de meses su segundo disco tras dos años de silencio. ‘Dios y la mata de lulo’ o ¿qué hacer en caso de que haya perdido la luz’ llegó para acompañar la madurez e incertidumbre de una juventud colombiana recién salida de pandemia y enfrentada cara a cara con el desempleo, la depresión y la falta de inspiración.
El 2018 fue un año efervescente que vio la aparición de un número de presentaciones musicales y artísticas en el circuito independiente con nombres claves como Ha$lopablito, Quemarlo Todo Por Error, Margarita Siempre Viva y Nicolás y Los Fumadores, una banda de amigos del colegio que decidieron que escribir sobre el fracaso estaba bien. Con su disco Como pez en el hielo (2018), demostraron que otras narrativas que se alejan de lo aspiracional también resonaban en muchas personas que estaban viviendo sus años universitarios. Ahora, con Dios y la mata de lulo, siguen caminando con su público original y se adentran en el mundo del desempleo, la depresión, la desazón y la falta de inspiración.