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72 Seasons
$ 70,000

Un álbum aplastante, sólido y sin rodeos que nos devuelve a la banda en plena forma. Disfrutémosla mientras podamos.

Escuchando los primeros compases de su nuevo disco toda sombra de duda parece desvanecerse. O mejor dicho, volar por los aires. El álbum arranca a toda mecha con una de las tríadas de apertura más contundentes y veloces que les recordamos: la canción que da título al disco, “72 Seasons”, recrea el tempo de sus inicios thrash y revela un músculo palpitante mostrado ya en los mejores momentos de su anterior largo; “Shadows Follow” no se queda atrás, con un ritmo trotante y groovy que casa como un guante con las vacilonas armonías vocales de un inspirado James Hetfield, que sirve algunos apuntes más melódicos de lo habitual. De hecho, desde el principio se aprecia a un cantante más libre y confiado, con brío y fiereza renovadas, una revelación que se irá confirmando a lo largo del disco y que adquiere incluso cierta épica si recordamos algunos episodios recientes que no presagiaban nada bueno –la enésima entrada del cantante en un centro de rehabilitación, sus lágrimas durante un concierto en Brasil el año pasado–. “Screaming Suicide” es otro misil supersónico de largo alcance que ya habíamos escuchado como anticipo pero que, del mismo modo que la canción inicial, se retroalimenta de la desbordante energía de sus compañeras en el tracklist final.