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Esta es una nueva aventura de Bolita de Pelo. Un pequeño que vive despabilado. Es un hombrecito curioso, optimista y valiente, que a pesar de ser pequeño se sumerge en aventuras extraordinarias de donde sale cada vez más grande. Bolita de Pelo acaba con los prejuicios y aprende a vivir a través de las relaciones humanas.

Un pequeño que vive despabilado. Es un hombrecito curioso, optimista y valiente, que a pesar de ser pequeño se sumerge en aventuras extraordinarias de donde sale cada vez más grande. Bolita de Pelo acaba con los prejuicios y aprende a vivir a través de las relaciones humanas. ¡Ven y crece con él!

Él es pequeño Él es peludo Es Bolita de Pelo.¿Pero, qué pasa? Hay empujones. Y todo tambalea. Una neblina espesa. La puerta entreabierta. De una casa extraña. Una rata fantasma. Unos bichos horribles. Y un vampiro destartalado. Para ser reparado. Vamos Bolita de Pelo ¡ACELERA!

Esta es una nueva aventura de Bolita de Pelo. Un pequeño que vive despabilado.Es un hombrecito curioso, optimista y valiente, que a pesar de ser pequeño se sumerge en aventuras extraordinarias de donde sale cada vez más grande. Bolita de Pelo acaba con los prejuicios y aprende a vivir a través de las relaciones humanas.

Un título de referencia sobre la tercera edad de oro de la televisión, que se puede leer como una lectura de conjunto de la ficción televisiva y como una guía para orientarse en ese fascinante universo.

Una novela que se interroga sobre lo que significa hoy ser humano y se inscribe en los grandes debates contemporáneos. Inesperada, brillante, muy original.

Un libro que vincula la arquitectura y los sentidos mediante el existir y estar en el mundo, en un espacio construido.

Cuatro ensayos sobre la idea de “esencia” en arquitectura, fiel muestra de su desarrollo como arquitecto y pensador.

Nace de la preocupación de Pallasmaa por el creciente predominio del sentido de la vista en torno a la arquitectura.

Las imágenes constituyen un vehículo esencial para la percepción, el pensamiento, el lenguaje y la memoria.

El ser humano no es el único animal arquitecto. Prácticamente en todo el reino animal hay cierto hábito constructor.