Un disco pensado para ser escuchado del tirón, dejándose llevar por él, cada canción sucesiva elevaba el nivel.
Solo hay una forma de que un disco pase a formar parte de esa pequeña colección de discos (por ejemplo, 100) que consideras que son tus favoritos, uno de esos que mencionarías si te preguntaran por esa cosa tan manida de la isla desierta. No es otra que la combinación de dos cosas, lo mucho que te gusta y, segundo, lo incrustado que quede en tu memoria y tu biografía personal.
Aunque este disco no reinventó la fórmula de la banda, sí que redefinió toda su carrera posterior, siendo el disco que, casi, les convierte en estrellas. Después de él darían un paso atrás y buscarían otras direcciones, volviendo a sus orígenes Dream Pop, y es que puede que “Bloom” sea el disco de la banda en el que en la fórmula hay menos sueño y más pop, con los estribillos más certeros de su carrera. O, dicho de otra manera, puede que “Teen Dream” sea el disco de Dream Pop definitivo pero “Bloom” es el disco definitivo de Beach House.