Un disco pensado para ser escuchado del tirón, dejándose llevar por él, cada canción sucesiva elevaba el nivel.
Música
Los de Toronto van igual de animosos y despreocupados que en su debut, con la intención de mantener la frescura.
Este re-debut homónimo es una obra magna. Heroux es capaz de dar un giro aún más pop a sus composiciones.
El manifiesto guarachero. Una manera de combatir el peso de una historia malograda a punta de risa y flow.
Humberto Pernett: «Es la proclamación de un nuevo pensamiento dentro de la tradición y las músicas populares».
En 2006 apareció casi de la nada una agrupación electrónica que fusionaba diferentes géneros. Hoy incunables.
Una maniobra con la que reafirma su envidiable nivel creativo, creando un público cada día más fiel a su música.
Presentó una mezcla única de estilos musicales, que incluyen soul, funk y Rn'B, y definió el sonido de una época.
La primera grabación del que sería uno de los quintetos más fundamentales para el desarrollo del género.
Imprescindible. Con una intensidad constante y melodías pegadizas se convierte en el mejor de los de Sheffield.
Ampliamente sampleado, el álbum de 1970 del gran pianista, en su época desapercibido, vive con alegría y júbilo.
50 segundos del intro son suficiente para darte a la idea que esta banda no es como cualquier otra de prog.
Un disco con guitarras elevadas y sonidos energicos, un gran comienzo para el trío de chicas de Estocolmo.
Sacudieron el panorama musical en un momento en el que la escena norteamericana rogaba por algo nuevo.
Jazz de vanguardia vehiculizado por una suite vocal-instrumental. En pro del Movimiento por los Derechos Civiles.
Están tratando de comunicarse con la generación adolescente y post-adolescente concienciada con la salud mental.
Sublime en varios niveles. La innovación musical reside en la interacción de las guitarras como en la orquestación.
Incluso escucharlos en un escritorio de oficina tiene la emoción histérica de estar de pie junto a un sistema de sonido.
La importancia de este magnifico disco no ha perdido ni una pizca de su influencia en el jazz contemporáneo.
Entrelaza las atmósferas etéreas del shoegaze al tiempo que evocando la crudeza de los escenarios underground.
Más que su portada: Un disco ambicioso que orienta la experimentación hacia estilos poco explorados por Bowie.
Un ritmo completamente alejado de las prisas del mundo moderno, de grandes historias y guitarras psicodélicas.
Algo que vino con la pandemia y no se ha ido. En alta probabilidad, lo mejor de aquel rarísimo periodo.